Caminando el alumbrado de Cali

Por Manuel T. Bermúdez

Bajo el nombre de “Navidad, mi Cali bonita”, la Administración Municipal presentó a la ciudadanía y a los cientos de visitantes que por esta época llegan a la Capital del Valle, el alumbrado navideño.



Sitios como el Parque de la Caña, la Base Aérea, el Ingenio, Alameda, Valle Grande, Granada, entre otros fueron iluminados como parte del paquete cuya inversión fue de 12.780 millones de pesos.

Según los informes el montaje cuenta con más de 12 millones de luces ubicadas en unos 200 mil metros cuadrados distribuidos en 54 puntos de la ciudad.


Quienes nos limitamos a dar una vuelta por el Bulevar del Rio, pudimos apreciar la iluminación en este sector de la ciudad.

Recorrer este espacio es sumergirse en un maremágnum de personas que gritan, señalan, corren, caminan, observan, comentan y desfilan, entre el bullicio que no cesa.


Uno encuentra vendedores de todo: de comidas, de luces, de juguetes, de adornos, le invitan a posar para la foto, por mil pesos,  a comer empanadas, rellenas, chorizos etc.  


En el recorrido usted encuentra jóvenes ejecutando danzas urbanas; indígenas que entretienen con sus bailes ancestrales, músicos que interpretan sones fiesteros, mujeres bellas,  otras no tanto, parejas amorosas, parejas que se gritan, niños que lloran, otros que ríen;  pequeños de esos que hacen berrinche porque no les compran un globo. Damas con perros en los brazos, perros que arrastran a las personas por entre la multitud, amigos que saludan, amigos que nos saluda, famosos, y otros buscando la fama; en fin, el recorrido es un hervidero de gente, que va, viene, se toma fotos, comen mazorcas, toman cerveza o simplemente caminan observando las luces puestas para la ocasión.
Usted  se topa  durante el recorrido: osos blancos, papás Noel rojos,  que no dicen jo jo jo, sino: tómese la foto por mil; crispetas calientes, carne a la llanera, disfraces de monstruos que aterran, dibujantes, pintores que en un santiamén le hacen un paisaje, chuzos, chorizos en palito, olores a comida, olores a sudor, y caminantes fatigados que quieren volver a casa a descansar de ese ratico de felicidad.