Por Manuel Tiberio Bermúdez //
Cuando la ciudad nos arrincona debido al agite cotidiano o nos ensordece con el sonar de pitos y gritos desaforados que pregonan mercancías inútiles, o nos arrastra en ese vértigo de locura que es el tráfico citadino, anhelamos un refugio apacible en donde descansar de ese maremágnum de carreras, voces y estridencia que es la ciudad.
Entrada a Blemish |
Entonces: Blemish es nuestro norte.
A solo 35 minutos de Jamundí tenemos para nuestro
disfrute tres hectáreas de naturaleza y tranquilidad. Un contacto de verdad, con
la naturaleza que está ahí, para que olvidemos ese huracán de acoso y acelere
que es la ciudad.
En Blemish, que a propósito quiere decir
imperfecto, es la perfección para nuestro mitigar nuestro deterioro causado por
estar sumergidos en el caos y el estrés que producen las urbes.
Llegar allí es entrar al mundo del descanso, del
alivio, del olvido, de esa situación de afán que nos atrapa en la ciudad. Cuando
nos reciben los anfitriones: Carolina Giraldo y Juan Pablo Vélez, sentimos que
la opción escogida es la mejor. La buena charla, la atención, dan cuenta de que
estamos en el terreno de la amistad sin compromiso, en la anfitrionía, que orienta,
que enseña, que, comparte.
En Blemish el principal atractivo para los
amantes de la fotografía es el avistamiento de aves. Un recorrido que empieza
en los arrozales de Jamundí y llega hasta la finca Blemish en la que los
avistadores reciben un sabroso desayuno para luego continuar el recorrido por
el humedal Guarinó considerado como parte importante de los ecosistemas en el
Valle del Cauca.
Carolina y Juan Pablo, los anfitriones |
Para quienes gustan el descanso
sin actividad física dinámica, Blemish es el sitio ideal para el relajamiento.
Hay allí una buena biblioteca y acompañado de una aromática, preparada con
hierbas que se cultivan en la finca, el visitante puede abstraerse en una historia
que tendrá como fondo el canto de las aves y el rumor del viento que lleva los
cantos de los pescadores que son habituales del Rio Cauca.
Para quienes gustan caminar, en
Blemish está cerca el humedal Guarinó, un excelente paseo, tranquilo y que no
requiere gran esfuerzo para ir a observar las aves acuáticas y la flora que abunda
allí.
También como ejercicio relajante se
puede hacer un recorrido por las instalaciones de la finca y observar la cría
de tilapias rojas, o deleitarse observando el gran lago con gansos que ante la
vista de los convidados celebran la visita con graznidos de alerta; o si se está
de suerte ser testigos de la recolección de miel de las colmenas que allí tienen.
Otro bonito momento es el de hacerse fotografías en el cultivo de girasoles que
en Blemish cultiva para las abejas.
Como la finca es autosostenible el
visitante puede adquirir los más frescos productos que allí se cosechan: plátanos,
plantas medicinales, huevos de ganso, tilapias, miel de abeja, polen, propóleo
y jalea real, sábila, en fin, volver a la ciudad con productos sanos para el consumo.
Blemish es el lugar más adecuado
para para el descanso y para uno olvidarse de que la ciudad lo espera que con
su concierto de ruidos y excitación.
Productos naturales |
Además, por poco dinero se puede hacer
un recorrido por las fincas tradicionales de la región de Quinamayó que guardan
historias de épocas pretéritas y que son contadas por los guías especializados.
Vale la pena señalar que Quinamayó,
es un corregimiento de Jamundí, el único poblado en donde la navidad se celebra
en el mes de febrero. Según narran algunos pobladores de la zona esta práctica
se debe a que antiguamente, cuando la época esclavista, sus ancestros no podían
celebrar el nacimiento el 25 de diciembre, pues debían atender a sus amos durante las festividades
decembrinas por lo que decidieron que festejarían la navidad cuando se cumplieran
los 45 días de la dieta de la Virgen María, y es por eso que la navidad la
festejan allí en Quinamayó el 16 de febrero cada año. Se dice que gran parte de
los habitantes de este corregimiento son descendiente de hombres y mujeres que
fueron esclavizados y que provenían del África.
Blemish está a la espera de los
visitantes, es un emprendimiento que comenzó hace tan solo dos años por Carolina Giraldo y Juan Pablo Vélez,
quienes decidieron cambiar la ciudad por un mundo apacible, de campo, de
tranquilidad para ellos, pero que han querido compartir también con quienes
deseen visitarlos.
Es además un proyecto de reforestación que ya ha
empezado a dar excelentes resultados y que se manifiesta en la llegada de gran
variedad de aves silvestres, y la aparición de otras especies como nutrias, ardillas,
en fin, a veces, como un regalo de la naturaleza, se puede avistar una hermosa
ave que llaman “el rayador” que poco se ve por esta zona.
Blemish es en definitiva un lugar apacible para
el descanso que sus propietarios comparten y promueven como turismo ecológico de
contacto real con la naturaleza.
Para información en Facebook Blemisheco o por WatsApp 318 -775 - 5737 ó 318 -650-6095
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